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La artista que abre su casa a visitantes, y los invita a recorrer su exposición en solitario

El arte, los sonidos y el vino son la única compañía. Conocé a Verónica Valenti y los detalles de su original muestra en Mendoza.

Por Soledad Andreu- Especial para El Triunfo de Baco

Verónica Vero Valenti es una artista libre, y esa libertad es la que busca transmitir al espectador con sus cuadros. Propone en su ‘Paseo visual y sonoro’ un recorrido por su obra en el que los sentidos tengan relevancia y en el que el vino es tan clave como las obras de arte. 

Desde el aroma y sabor de un buen Torrontés helado —o un tinto o rosado, según el año— que espera junto a una nota de bienvenida, hasta el sonido de las campanas tubulares de la sala de exposiciones y las esculturas propias y ajenas que aparecen en el paseo, todo está pensado para que el visitante despierte las sensaciones y con ellas, sume lo propio a la experiencia. 

Lo más interesante del recorrido es que el o los visitantes lo hacen solos. La artista abre su casa de Godoy Cruz (Mendoza) al público, con cita previa, de martes domingo de 18 a 20h. Y ella aparece al final, y solo en algunos casos y de manera imprevista.

No se compra un ticket para ingresar. El público hace un aporte voluntario, según le haya agradado la experiencia. 

El recorrido comienza, desde la tranquila Plaza de la Amistad ubicada frente a la casa-taller de la artista, en donde el caminante se encuentra con dos grandes esculturas en madera de Federico Arcidiácono. Unos pasos después, al ingresar  por unos portones que se abren misteriosamente y comenzar a liberar la creatividad con el refrescante blanquito, el visitante es recibido por una escultura de Medusa de Gabriel Fernández y, siguiendo instrucciones escritas, atraviesa el jardín presidido por un imponente ejemplar de Brachichito, que incluso podría otra obra de arte en sí mismo, con su  forma de candelabro de Janucá y sus hojas siempre verdes, tiene la posibilidad de pispear en los talleres de la artista.  

Según las referencias que se van encontrando cada tanto, el visitante puede entrar a los talleres “de madera” y “de pintura” con todas sus herramientas, óleos y bastidores en pleno uso. Luego, la invitación es a subir la escalera salpicada de suculentas y otras plantas (en la charla posterior, la artista confiesa tener “mano verde” para el jardín) y así se ingresa al salón, en donde aguardan pinturas abstractas de gran tamaño y una selección de óleos pequeños, en las que cobran vida manchas, colores, trazos y texturas: una explosión de arte. 

Valenti propone entonces una visita original, ya que el espectador, que ha solicitado cita previa como parte de un grupo ultra reducido, se encuentra prácticamente en privado con la obra, teniendo la posibilidad de transitarla con otra mirada, desbloquearse, interactuar, dar rienda suelta a su creatividad con la musicalidad que cada uno le imprima a las campanas tubulares que presiden la galería e incluso volcar las ideas o frases que le sugieren las imágenes en distintos post-it que irá pegando alrededor de cada cuadro.

Copa en mano, al ritmo de su propia experiencia, por donde lo vayan conduciendo los caminos del arte y el vino. Ese collage de palabras, pensamientos, frases, títulos de canciones, películas o libros que va pegando en la pared cada visitante se transforma en un impacto visual más. Así, la muestra ha permitido expresarnos a los que no somos artistas. 

Tras el momento de contemplación, el visitante tiene también la posibilidad de hacer la pausa chill, en los cómodos sillones -no es casual que allí todo sea acogedor y confortable- o en los bancos del jardín, para charlar sobre lo experimentado, apurar su copa de vino y alternar con unas olivas, un vaso de agua o un café – todo lo ha dejado preparado antes la dueña de casa – como para que la mente pueda aterrizar tras el vuelo. 

Algunas veces y sin previo aviso, Vero aparece de pronto a saludar durante el último ratito del visitante y se interesa por sus impresiones y sugerencias “para mejorar la experiencia”. 

Acompañan la muestra con sus vinos: Maal, Aguaquecanta, Lagarde, Finca Feliz, Budeguer, Las Perdices, Vinyes Ocults, Zorzal, La Azul, Mi Terruño

Acerca de la artista 

Verónica Valenti nace en Mendoza en diciembre de 1977 y vive gran parte de su infancia en Hong Kong, donde absorbe la cultura oriental. En 2006 realiza su primera muestra individual de pinturas y desde entonces lo hace en Mendoza y Buenos Aires. Ha participado en ferias internacionales (AAF) en París y Nueva York. Su obra varía de lenguaje figurativo a abstracto, siempre utilizando la mancha, el azar y lo gestual. La belleza de la naturaleza es su maestra. Sus obras pueden encontrarse en colecciones privadas de América y Europa. 

Datos de interés: 

infoveronicavalenti@gmail.com 

+ 5 4 ( 9 ) 2 6 1 4 1 8 7 0 3 9 

+ 5 4 2 6 1 4 3 9 0 7 0 7 

Instagram: /veronicavalenti00 

Facebook: /veronica.valenti.353 

Dirección: San Martín de Porres 248, Godoy Cruz, Mendoza, Argentina