Romina Rolón es una sommelier reconocida en Mendoza. Joven y emprendedora inició junto a su socio, Andrés Lafarge, un proyecto de vinoteca y wine bar con características muy especiales; se trata de Envinados, empresa que crea vínculos entre los pequeños y grandes productores que se dedican a la agricultura biodinámica dentro del sector vitivinícola. “Creemos que estos productos expresan la máxima pureza de la fruta y sus lugares de orígenes, los acompañan historias reales y fomentan la idea de un comercio justo.”
Además de tener una tienda, la única en Mendoza, dedicada 100% a los vinos de la agricultura sustentable, orgánicos, biodinámicos y naturales, dedican su tiempo a: distribución, capacitación en vinos y servicio, cursos y degustaciones, proveedores de recursos humanos especializados en la sommellerie, gastronomía y turismo. Y hace poco organizaron una feria de características muy particulares en la isla del lago del Parque General San Martín «Vino Vivo».
- ¿Por qué Envinados decidió dedicarse a los vinos sin intervención?
- El término vinos sin intervención, no lo usamos porque todo lo contrario necesitan mucha intervención en el viñedo y en la bodega porque requieren más cuidado. Pero si nos gusta llamarlos vinos vivos justamente que reflejan el entorno sin maquillaje.
- ¿Son los únicos vinos que venden?
- Si, Envinados tiene una distribución y un wine bar que solo tiene bodegas orgánicas, biodinámicas y naturales.
- ¿Es una filosofía?
- Estamos convencidos que es una filosofía de vida primero que coincide a todos los que elaboran, comercializan y consumen este tipo de vinos. Nada nuevo, pero si algo que todavía falta mucho visualizar.
- ¿Qué características tuvo la primera feria de «vinos vivos» en Mendoza?
- Fue una feria en un lugar épico de la ciudad de Mendoza, como es la isla del lago del Parque General San Martin, reunió a 20 bodegas entre ellas, las que comercializamos, bodegas amigas, y consumidores 100 % de Mendoza, gastronomía con productos agroecológicos y fue una feria de vinos con el menor impacto ambiental. Ya que se utilizó papel plantable con la cartelería, el vidrio se recicló y la música ambiental de la mano del Choiqe con bajos decibeles para no contaminar con ruido.
- ¿Cuáles, podríamos decir, son las características principales de los vinos «vivos»?
- Son vinos con colores justamente vivos, vibrantes, muy expresivos en nariz, la fruta la caracteriza sobre todas las cosas y el carácter del entorno del lugar lo transmiten con gran fervor. No existen inhibidores externos para cambiar su esencia.
- ¿Podemos encontrar en los vinos con menor intervención aromas y sabores iguales a los de los vinos intervenidos, o los primeros son más susceptibles de invasiones microbiológicas por estar menos protegidos?
- Con el tiempo de probar tantos vinos de estas filosofías y convencionales, me animo a decir que los aromas y los sabores no son los mismos. Es más, el anhidrido en mayores cantidades son inhibidores del aroma y del sabor. Vinos con menor intervención no significan «desprotegidos», significa que son más transparentes y sinceros a lo que se hizo en el viñedo y en la bodega, es decir que en base a eso debo modificarlo o necesitar más o menos conservantes o aditivos externos para tener algo que dure y sea estable. Desafíos importantes de elección de esta filosofía en bodega.
- ¿El público que busca estos vinos, es exclusivamente un público generación Y?
- A lo largo de los años esto fue cambiando, y hoy existe un público muy variado , los que construyeron una historia hace mucho tiempo en este estilo de vinos que ya no son Y, los que nos fuimos encontrando con vinos que nos creaban curiosidad y nos abrían una puerta nueva de consumo y hoy los que resuenan con una filosofía de vida y estos productos forman parte de eso , pero sobre todas las cosas la generación de hoy , los centennials llegan a ellos por tener más visualización y acceso a la información que antes no existía.