Sofía y Lucila Pescarmona viven a muchos kilómetros de distancia la una de la otra: Lucila está en San Francisco, Sofía pasa su tiempo entre Mendoza y Buenos Aires; con el fin de acortar las distancias las chicas decidieron concretar un trabajo en torno al vino al para mantenerse unidas a la distancia, bautizándolo Proyecto Hermanas.
La diversidad en los gustos de las hermanas también marca este proyecto. Sofía se siente cautivada por los vinos blancos, mientras que Lucila se inclina por los tintos y variedades que están comenzando a marcar tendencia. La línea está compuesta por un White Blend que varía año a año, un Chardonnay único de Gualtallary, un Malbec-Cabernet Franc balanceado y elegante, y un Pinot Noir jugoso y con taninos marcados. Cada vino es una oportunidad de descubrir zonas distintas con historias y estilos propios.
Si bien los vinos se elaboran en Lagarde, bajo el mando del reconocido enólogo Juan Roby como el resto de las líneas, la marca se maneja de forma independiente, sus uvas provienen de parcelas especiales, las decisiones sobre el estilo la toman la «hermanas» y en la línea hay tanto tintos como blancos.
En estos días Proyecto Hermanas suma un nuevo ejemplar a la línea: se trata de un exclusivo Viognier de su finca La Jacintana en Luján de Cuyo. Lagarde tiene un material genético de primera calidad en cuanto a Viognier se refiere ya que fue pionera en plantar esta cepa en nuestro país. La familia Pescarmona introdujo a principio de los ´90 estas vides provenientes de Condrieu, Francia.
De hecho Lagarde Viognier, emblema de la bodega, ha sido un referente en el mercado, posicionándose como uno de los mejores de esta cepa en Sudamérica. Este nuevo lanzamiento, bajo el ala de Proyecto Hermanas, hace su fermentación y añejamiento en barricas de roble francés durante 12 meses, lo cual aporta complejidad y estructura.
Proyecto Hermanas Viognier sorprende con aromas a té de tilo, flores blancas, durazno, fruta tropical y en boca es sedoso, untuoso y con una marcada acidez. Aparecen notas sutiles de roble bien amalgamadas, cerrando con un final persistente. Ideal para acompañar comida asiática, como sashimi, recetas thai o platos de pescados grasos y un buen risotto.
