Finalmente la enóloga Gabriela Celeste presentó sus vinos en Mendoza. Lo hizo en el atelier de su amigo, el artista plástico Pablo Robello en Luján. Su mentor en el mundo del vino, Michel Rolland, se encargó de presentarla contando la historia de cómo se conocieron; el caminaba como un fisgón anónimo por los lagares de Trapiche, cuando Gabriela, en aquel entonces una de las enólogas de la bodega, lo increpó, «qué hace? usted no puede estar aquí». Inmediatamente Michel reconoció en esta mujer a una «muñeca brava», una mujer firme y con carácter que cumplía su deber sin importar a si él era Brad Pitt o el winemaker más célebre del mundo. Así se inició su amistad y Gabriela Celeste se convirtió en la mano derecha del laboratorio EnoRolland que Michel fundó en Argentina.
Después de muchos años de trabajar asesorando a otros, Gabriela se decidió a dar a luz tres vinos que, como ella misma, dice son como sus bebés. La línea se llama «Escarlata» y está compuesta por un Malbec 100% llamado Expresivo, de tres parcelas de dos zonas, dos de Vistaflores y una de Eugenio Bustos. Su vino más elogiado es el Elegido, compuesto por 50% Malbec, 30$ Cabernet 20% Merlot de Vistaflores, que debe su nombre a que fue el elegido en una mesa de cata por varios colegas enólogos. Y por último el Escondido, un vino Malbec y Syrah principalmente, aunque el corte tiene otras variedades. Es el que quedó más relegado y por eso le pusieron este nombre, pero lo rescataron tras comprobar que había quedado muy bueno.
Gabriela compra uvas de parcelas que va eligiendo, especialmente de San Carlos y Vistaflores, aunque en cosechas posteriores pondrá algo de Gualtallarí en las botellas.
Algunos detalles técnicos: los de la línea son vinos de crianza de más de 15 meses en barricas nuevas y usadas de roble francés.El secreto es la maceración prolongada.
«Busqué elegancia, frescura y acidez elevada. El terroir es para mi lo que marca estos vinos. En 2010 tuvimos un año de noches muy frescas, un año de buena sanidad» cuenta Gabriela. En total se elaboraron 5.000 botellas, a un valor de $400 cada una. El vino lo está comercializando Helénica (la misma distribuidora del vino de Clos de los Siete, Pedro Aznar y Marcelo Pelleriti) en todo el país, pero en Mendoza se trabaja con con venta directa. «Muchos me buscan por facebook y yo les digo dónde pueden comprar el vino» dice la enólogoa.
«Pienso que estos vinos podrán vivir 30 años, pasaron 6 años desde su producción, 18 meses en barrica y cuatro años en estiba. Los vestí el año pasado (etiquetas muy lindas de Julieta Carbonari) y los comercializo muy lentamente, porque para mí son una obra de arte y prefiero que estén en pocos lugares que a mí me gustan».
Dijo finalmente que eligió el nombre Escarlata «porque es una palabra que me inspira, tiene solidez, fuerza, y a la vez me evoca el color rojo, que es intenso pero no agresivo, y tiene un dejo épico, por Scarlett O`Hara de lo que el viento se llevó».