Hacía tiempo que no iba a Premium Tasting, ese megaevento del vino, organizado por Nicolás Aleman y Rodrigo Kohn, con 350 degustadores, 1800 copas de cristal, 42 vinos argentinos con más de 93 puntos obtenidos por la crítica (Vinous, Descorchados, Tim Atkin, James Suckling o Wine Advocate) más un ejército de sommeliers que marchan a ritmo de reloj para que el servicio sea a la perfección. Y debo admitir que me sigue maravillando su dimensión.
En esta edición Mendoza, donde nació en 2011 para replicarse a través de los años en Sao Paulo (Brasil) Buenos Aires, Santiago de Chile y Lima (Perú), se desarrollaron temáticas en siete flights: en cada uno se sumó comida, formato finger food del restaurante Abrasado de bodega Los Toneles, donde se realizó la degustación. Un aplauso para los chefs Matías Gutiérrez y Luis Asmet.
Me gustó el espacio ganado por los vinos blancos y ejemplares que salen de la caja, tipo los naranjos, los Riesling y las Criollas. La diversidad y calidad impresa en los diferentes “vuelos” – según el amigo Héctor Riquelme, sommelier chileno que formó parte del panel de conducción- muestra que Argentina tiene más que Malbec para ofrecer; aunque, sin dudas, es siempre el Malbec se destaca entre los tope de gama.
Mis blancos favoritos
Como decía , la calidad de los blancos argentinos va en aumento. En líneas generales, la tendencia en alta gama es a vinos verticales, eléctricos, con pronunciada acidez, pero con buen volumen de boca, generalmente logrado a partir del contacto sobre lías. Aquí mis favoritos:
- Fuego Blanco 2021. Sauvignon Blanc de Valle del Pedernal, elaborado por Felipe Stahlschmidt, súper aromático (pomelo, durazno, flores blancas) y acidez masticable.
- Cadus Appellation Chardonnay 2021. El de Santi Mayorga es un blanco con textura y volumen, y una complejidad aromática increíble (lo tiene todo, miel, cítrico, dulce, piña, melón).
- De Sangre White Blend 2021, elaborado por Pablo Cúneo para Luigi Bosca, un blanco cremoso en boca, super palatable, con una nariz delicada y compleja.
- Atemporal Assamblage Albariño 2021, de Didier Delbono. Un trivarietal de la zona de La Carrera, fría, alta, en Tupungato, combina los sabores y aromas del caramelo, el melón el durazno, con notas a ruda y pasto recién cortado.
- Gran Lurton Corte Friulano 2020. Quentin Pomier logró con este Sauvignonasse de Los Chacayes un blanco súper interesante en boca, atractivo, con notas cítricas a pomelo, limón y maracuyá, un blanco con tensión y estructura.
- 45 Rugientes Corte de blancas 2019. El vino de Otronia elaborado por Juan Pablo Murgia en Sarmiento, Chubut la rompe; un blanco súper refrescante, ácido, pungente, eléctrico y a la vez delicado y mineral. Persiste e invita a un segundo trago.
- Autóctono Chardonnay de Gualtallary 2021. Elaborado por Fernando Colucci en Bodega Vistalba, este Chardo lo tiene todo: buen volumen, notas a miel en boca, aporta sensaciones a especias en el retrogusto con marcada presencia de flores de durazno de carozo y maracuyá.
Esos grandes tintos argentinos
La elección de ejemplares de diferentes regiones de Argentina aportó la distinción entre los tintos. La paleta de colores, aromas y texturas que reflejan las condiciones de altura, suelo, clima y cultura desde los Valles Calchaquíes, pasando por las áridas regiones de Cuyo, hasta la Patagonia clásica y el Sur extremo, estuvieron plasmadas en estos vinos.
En líneas generales, el estilo de los tope de gama sigue mostrando la tendencia de los últimos tres o cuatro años, tintos más ácidos, con buena presencia de fruta negra y roja, un uso más discreto de la barrica, y fuerte tanicidad; los alcoholes no han bajado, lo que indica que se sigue apostando a la madurez, especialmente en el Malbec. Algunos están jugando con la volátil un poco al límite, para lograr más aromas, pero ojo con eso que a veces se percibe como defecto.
Los que más me gustaron son:
- Rutini Single Vineyard Malbec 2019. El Malbec elaborado por Mariano Di Paola sigue entre los mejores de Argentina. Proveniente de Altamira, es un tinto con notas balsámicas, eucalipto, menta, taninos firmes pero redondos, y un rico aporte de la barrica con aromas a vainilla y algo de ahumados.
- Matervini Finca 2019. El Malbec de Santiago Achaval y Roberto Cipresso de la finca de Perdriel es una verdadera bomba de sabores: nariz ancha, con un bouquet que va de lo láctico, pasando por lo floral a las frutas rojas y negras; en la boca acidez y untuosidad en su toque justo.
- Mosquita Muerta Malbec 2018. La enóloga Maricel Valdés presentó este vino de la familia Millan, que se elabora con uvas de distintos viñedos de Valle de Uco y un poco de Pedernal. Es un tinto recio, masculino, muy palatable por sus taninos jugosos y arenosos, la nariz tiene notas cárnicas y sanguíneas; me gustó pero ojo con el uso de la madera que está un poquito despegada.
- Lote Negro 2020. Este Malbec Cabernet Franc de Norton es elaborado por David Bonomi con uvas de Los Chacayes y Altamira. Un gran vino que se distingue por la fruta roja fresca, por sus notas delicadas a pimiento rojo, tiene una brisa de menta y eucaliptus y muy buena textura en boca, es un vino joven y dinámico.
- Lavorum Parcela 2020 Tannat. Unico en el país, ya que es raro encontrar un Tannat tan rico y bien elaborado. El enólogo es Paco Puga de Cafayate. El vino tiene notas ahumadas, buena acidez, muy buen agarre en boca, con taninos amables pero presentes, buena acidez y profundidad.
- Terruño Eugenio Bustos 2019. Este Cabernet Sauvignon de Finca La Celia pertenece a una nueva línea que busca reflejar lo mejor de la zona. Elaborado por Andrea Ferreyra, presenta una boca vibrante, completa, con muy buena caudalía; tiene notas típicas del CS, como la pimienta y las grosellas.
- Luca Old Vine 2019. Este Malbec de Luis Reginato es una maravilla, delicado en boca, tiene una textura que equilibra muy bien dulzor y acidez. La nariz es sencilla pero expresa lo mejor del Malbec de guarda, con mucha fruta roja fresca, roja y negra.
