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En el «Puerto Madero» de Valle de Uco, se erige un revolucionario proyecto vitivinícola

Está en Gualtallary, una de las zonas más veneradas del Valle de Uco por sus indómitas alturas y sus suelos ricos en carbonato de calcio. Allí comienza a tomar forma la bodega de un célebre enólogo mendocino.

Allí donde los sueños alcanzan alturas elevadas, cerca del Monasterio, ese mítico «fin del mundo» para los marineros mendocinos que exploran suelos y zonas Winkler, en Tupungato Winelands, a 1400 metros sobre el nivel del mar, allí Matías Riccitelli concreta su «petit» hazaña.

En Agua de la Jarilla, la parte inculta, la parte más elevada del cerro Lomas del Jaboncillo, compró 20 hectáreas, donde está implantando viñedos de una manera innovadora, amén de levantar bodega sobre los cimientos de un edificio que hace más de 6 años inició – y abandonó- un inversor español.

Feliz con su aventura Matías anticipa cómo será el vasto proyecto, que además de bodega y viñedos, tendrá restaurante y habitaciones tipo «cápsulas» para 2 y 4 personas.

A él como buen viticultor, lo que más entusiasma es el viñedo. «Es muy interesante la diversidad de suelos y de exposiciones que podemos generar plantando en los cerros, esa es la característica diferencial del proyecto; hay cerros que se pueden plantar sin modificaciones, pero hay otros con gran pendiente que necesitaremos aterrazar. Somos la única bodega con 2,5 hectáreas de viñedo en terrazas, como se cultiva en varios lugares del Mediterráneo» ejemplifica.

Este trabajo de cultivar en terrazas es innovador en Mendoza, pero ancestral en el mundo, especialmente en Europa. «Ahora buscamos no sólo altura sino exposición, diversidad de suelo, a 1400 msnm, la exposición Sur es la de menor horas luz, es el lado más frío, mientras que el Norte están las partes más calientes; en esa zona cerca del Monasterio hay mucho carbonato de calcio, pero también cenizas volcánicas, la mayor exposición a los rayos ultravioletas generan mayor grosor de piel; por eso los vinos de altura tienen más polifenoles» explica Riccitelli.

El riesgo de helada no le preocupa, porque cuando se trabaja en pendiente, disminuye; de todas formas, Matías tiene un viñedo aún más alto: el de La Carrera con un clima extremo, entre los 1650 y 1900 msnm, dedicado al cultivo de variedades blancas y Pinot Noir.

En Gualtallary nos enfocamos en Malbec y Cabernet Franc, pero otras que se adaptan bien a ciertas exposiciones como la Garnacha, para elaborarla con bajo alcohol y buena acidez.

Matías Riccitelli.

Dentro de esas 20 hectáreas se está construyendo la bodega. «En ese lugar había cimientos de una vieja construcción; es una bodega metida dentro del cerro, usamos las paredes del cerro, y desde la cima la uva baja, con un trabajo de gravedad». Pensada con techos verdes, el edificio albergará una sala de vasijas de 250.000 litros. «Vamos a elaborar vinos de parcela, fermentación 100% en tulipas de concreto y huevos de concreto de 2000, en doias que son ánforas de arcilla, y los vinos se van a criar en foudres de roble francés. La primera elaboración será en 2025» adelantó.

«Después de 10 años estoy cumpliendo tu gran sueño que es levantar esta gran bodega en Gualtallary, algo disruptivo, totalmente nuevo. Estamos haciendo una viticultura como la de los abuelos que vinieron de Europa”

Matías Riccitelli.

De las alturas, a la islas

Matías Riccitelli posee, además de su conocido proyecto de Las Compuertas en Mendoza, otro en Patagonia, donde también planea construir bodega. «En Patagonia estoy desde 2015 en Río Negro, en el Alto Valle y Valle Medio, en Beltrán, donde hemos comprado 15 hectáreas de viñedos de viñas viejas de Pinot Noir cultivados por Chandon, Chenin Blanc, Semillón, Malbec, Riesling, Torrontés y Merlot» detalla. 

Esos vinos salen al mercado con la etiqueta Old Vines from Patagonia, de Riccitelli Wines. También de esa zona surge Bastardo Trousseau, aunque de un viñedo diferente. «La idea a futuro es construir allí una bodega, por ahora estamos elaborando en una bodeguita vieja, de 1917, que está dentro de una isla, sobre el Río Negro, la Isla grande, normalmente hay puentes, pero en época de crecidas, pueden estar inundados, en época de cosecha por suerte podemos usar los puentes y llevar las uvas por tierra. En total son 60.000 botellas» grafica.

En Valle de Uco Matías tiene varias parcelas en varias de las zonas más preciadas: 10 hectáreas en San Pablo, 10 en Los Chacayes, 10 en La Carrera y en Gualta las 20 propias y otras 15 hectáreas alquiladas. El plan es llevar toda esa uva a la bodega propia en construcción, y elaborar allí.

En la actualidad Riccitelli Wines elabora 40 vinos; el 70% se exporta a más de 40 países.