Por Rocío Acosta
Por pedido de la misma industria el Instituto Nacional de Vitivinicultura autorizó este nuevo modo de fraccionamiento. Ahora bien, ¿se animarán las bodegas mendocinas a dar el paso? Opinan enólogos, gerentes de marketing y pequeños productores.
Ante la baja constante en el consumo pre cápita, el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) autorizó este lunes la comercialización de vino en garrafas, barriles y latas de hasta 50 litros. La resolución también responde a los reclamos de la industria y de los consumidores quienes exigen a los productos vitivinícolas mayor versatilidad.
Como ya ocurre en otros países, el vino en lata es una alternativa válida para los consumidores jóvenes quienes encuentran en este tipo de envase un precio accesible, la facilidad de reciclado y una oportunidad de consumo más descontracturado.
El millennial Francisco Rodriguez, creador de las líneas Pixel y Mad Bird, asegura que es un gran paso para la industria, pero uno muy difícil de dar para las pequeñas y medianas bodegas. “Es un producto que va requerir de una gran inversión y no sólo desde el punto de vista operativo y productivo, sino también en lo que respecta a la estrategia de marketing. Y no es sólo una cuestión de packaging”, comenta Francisco, “esta propuesta tiene que estar acompañada desde la comunicación y por supuesto desde lo enológico. Creo que se debe desarrollar un vino especial para este tipo de envase; uno con mucha rotación y que posiblemente esté gasificado y contenga un poco más de azúcar residual, que sea amable y redondo.”
Desde Trivento, el enólogo Germán Di Césare contó que la bodega ha recibido la noticia con entusiasmo pero que es un tema que aún necesitan analizar desde lo enológico, operativo y comercial. “Este envase es, sin duda, una alternativa que está en línea con el consumo responsable y la sustentabilidad, valores que hoy en día ponemos en práctica para captar nuevos consumidores.” “Si tuviese que desarrollar un vino para ser envasado en lata, buscaría un vino de consumo rápido, con buena intensidad de fruta, acidez y color; que sea fácil de tomar, sin mayores pretensiones.”
Por su parte, Juan Ignacio Guzmán del departamento de Marketing de Bodega Santa Julia anunció que el año entrante llegarán al mercado norteamericano con la versión en lata del vino Tintillo, “un vino joven y ágil, pero no menos expresivo, elaborado especialmente para beber frío”. Sin embargo, aclaró que no está en los planes de bodega hacerlo a nivel local por una cuestión de evolución del mercado.