Silvio Alberto (49) egresado de la Universidad Don Bosco, es uno de los «grandes» enólogos argentinos, no tanto por su estatura física aunque mide casi 2 metros, sino un grande como profesional, persona y amigo. Este año cumplió su cosecha número 30 y dice que para él lo más importante es seguir aprendiendo. Comenzó en Rutini, junto a su gran maestro Mariano Di Paola, y luego pasó por bodegas de renombre como Navarro Correas, Andeluna, Diamandes, Achával Ferrer hasta alcanzar la gerencia de Bodegas Bianchi.
En una cata semi-privada a la que fui invitada amablemente por Bodega Bianchi en Valle de Uco, tuvimos una charla abierta y relajada, en la que fuimos de lo enológico a lo político, y de alli a lo personal, tras probar lo mejor de las líneas Particular, IV Generación y Enzo Bianchi.
- ¿ Se podría decir que estás en tu mejor momento?
En enología nunca llega uno al máximo, yo aprendí con mi maestro Mariano Di Paola que siempre tenés que ir transformándote, nunca perder la felicidad de crear y descubrir nuevas cosas. El vino te ayuda a resurgir todos los días, investigar, indagar. En lo personal descubrir el Cabernet Sauvignon de San Rafael, o las variedades de gran potencial en los Chacayes, ha sido una gran alegría. Aquí todo el tiempo seguimos creando y evolucionando.
- Las bodegas de esta zona, y la mayoría de las bodegas importantes, apuestan a vinos de alta gama en busca de hacer el Grand Cru argentino, ustedes también están en esa búsqueda?
Si uno mira la historia, en 1994 con Catena nacen los primeros Grand Cru, y uno de ellos fue Enzo Bianchi Cabernet Sauvignon, por tanto nosotros ya entramos en esa historia, y lo que hacemos ahora es seguir escribiendo esa historia, buscando cosas diferentes para encantar a los consumidores.
. O sea, para que Bianchi siga ocupando ese lugar en el podio. Vos trabajas en pos de ese objetivo ?
Nosotros como enólogos nos debemos al consumidor, el hecho de elaborar o no un Grand Cru se va a demostrar si el consumidor te selecciona. Por suerte con algunos vinos como los Famiglia o los Gran Corte nos va muy bien y con nuestros vinos ícono quebramos stock de forma permanente. Por eso no me desvela el hecho de ser «el grand cru», sí me importa que el consumidor nos siga eligiendo.
- ¿Cómo termina este año en cuanto a costos y ganancias?
La pérdida de rentabilidad es clara. Sabemos que el productor tenía que cobrar más por la uva, pero a la vista está que este año no hubo un boom de consumo de vino como el año pasado. La realidad es que los costos nuestros aumentan de forma importante y que el consumo sigue bajando, hemos podido trasladar un poco los aumentos de costo al producto, por eso vamos a terminar el año con perdida de rentabilidad.
- Sin embargo, algunas bocas de expendio hablan de aumentos de precios de lista varias veces este año…
Nosotros no porque estamos en los supermercados y es la Secretaría de comercio interior la que nos regula y autoriza los aumentos. Este año han sido porcentajes bajos y paulatinos, por tanto tenemos que respetar esas autorizaciones aún perdiendo rentabilidad.
- Cómo están con el tema botellas?
Hasta ahora tenemos, pero a partir de octubre, hay mucha incertidumbre sobre la provisión. Yo sólo compro 1,5 millon de botells por mes. Uno de los proveedores más importantes -Cattorini – prometió una inversión en un nuevo horno, y esperamos que así mejore un poco el tema. Nosotros estamos recibiendo entre el 50 y el 60% de las botellas que tenemos que recibir, dependiendo de las cristalerías, y se está entrando en un terreno un poco escabroso, porque ya todos entramos en este terreno de temer no poder cumplir con la demanda.
- Cómo les está yendo en exportaciones?
Hoy exportamos el 20% de nuestra producción a 40 países, y si bien no crecemos como 15 años atrás, seguimos desarrollándonos a tasas razonables. Por la crisis mundial de logística, falta de barcos y contenedores se está complicando la salida al exterior de los vinos, hay mayores costos y demoras, pero pese a todo seguimos abriendo nuevos mercados y estar en relación con los importadores gracias a un coordinado trabajo de equipo.
. Hay una apuesta de la bodega a los Malbec de terruños, ¿como les va con el trabajo de diferenciación de terroirs como San Rafael y Valle de Uco? Les ayuda a vender más?
Sí, para nosotros ha sido importante para vender más, porque el consumidor entiende que estamos atentos a él y le estamos dando más alternativas. El consumidor actual es muy inquieto, entiende, aprendió a conocer los distintos terroir, de a poco le hemos ido inculcando esta comprensión.
- ¿Qué segmento crece más, Don Valentín Lacrado o los vinos de terroir?
Don Valentin Lacrado dependiendo el año está entre los 12 y los 15 millones de litros, el consumidor lo sigue eligiendo, y lo más importante es que con la renovación de la etiqueta también los jóvenes lo eligen. Nosotros hicimos la tarea en buscar más fruta y un vino más tomable y la respuesta del consumidor fue muy buena. En tanto en alta gama, el último año también crecimos de forma espectacular. Acá es donde estamos buscando la caracterízación de los terroir, cambiando, analizando y viendo, para diferenciar cada añada.