Por Giuliana Perinetti
Estela Perinetti es ingeniera agrónoma, dueña y fundadora de Las Estelas Wines, títulos que nos dirán mucho sobre esta mujer emprendedora cuyo sello es la pasión, tanto por su trabajo, como por todo lo que ama.
La reconocida winemaker con más de 30 años de trayectoria inició su proyecto personal después de trabajar con Nicolás Catena en diversos proyectos como Escorihuela Gascón, Lucas, La Posta Wines y con Domaines Barrons de Rothshild Lafite, además de trabajar como asesora en tantos otros. Hoy en Las Estelas, con uvas de la finca familiar, hace lo que más le gusta: expresar su pasión por el vino.
Un poco de historia
En el 2016 la empresaria pateo el tablero y empezó su proyecto personal, el cual llamó “Las Estelas” por su abuela y su madre de quienes no solo heredó su nombre sino también la pasión por su trabajo. Las Estelas ha sido creado con el fin expresar la elegancia y la complejidad propias de un terroir único como el del Peral, Tupungato.
“Nuestros vinos son producidos con las uvas del viñedo familiar, con más de 80 años de antigüedad, de la finca “Mangato” en El Peral, Tupungato. Actualmente la empresa posee 4 vinos dentro de su portfolio: Estela Perinetti Gran Vin, Las Estelas Malbec, Las Estelas Pinot, y Leticia rosé un blend de tintas” comenta.
- ¿Cómo te sentís dirigiendo tu propio proyecto?
Bien, cómoda, contenta, con cierta cuota de incertidumbre, pero mejor digamos adrenalina pura y diversión, con más posibilidades creativas y de crecimiento. Siento que no hay límites de techo para crecer y eso me motiva.
- ¿Cuál ha sido el desafío más grande al que te has tenido que enfrentar en tu vida profesional? He tenido muchos desafíos en mi vida profesional, es más; prácticamente cuando no he tenido desafíos me aburro, por eso sigo corriendo carreras de mountain bike (risas). En el vino es lo mismo; de allí que sigo tomando riesgos, animándome a cambios y proponiéndome nuevos desafíos; es mi manera de mantenerme en el ruedo. A decir verdad, el hecho de decidir la marca ha sido una de las cosas más desafiantes que he tenido que hacer en “Las Estelas”. Porque es difícil encontrar en un mar de marcas algo que te identifique, que suene bien, que tenga que ver con tu historia, con tu identidad, que no esté en uso y que no sea repetitivito”.
- ¿Cuál ha sido tu mayor logro en esta aventura?
Lograr el reconocimiento de la marca por parte del consumidor, que a la gente le guste, que quieran comprarlo acá y afuera. La recepción del consumidor tanto para la marca como para la calidad del vino, en otras palabras, el entusiasmo del público por el producto.
- ¿Cómo soñas a Las Estelas en un par de años o a mediano plazo?
Sueño con mi propia bodega, explorando el resto del mundo y El Peral con más profundidad, desarrollando varietales y más líneas, en definitiva, crecer. Haciendo hincapié, en posicionar Al Peral a nivel mundial, como un gran terroir dentro de lo que es el Valle de Uco.
- ¿Qué tiene que tener un vino para ser excelente Según Estela Perinetti?
Elegancia, armonía y autenticidad respecto al lugar donde está. Además de mucho cuidado en los detalles, esto último es muy importante, me considero una obsesiva por perfección (si es que tal existe) la clave está en siempre aspirar a ella.
- ¿Cuál es tu vino preferido? ¿Preferís tomarlo sola o acompañada?
Chateau Lafite, Cos D’ Estournel y Catena Zapata Estiba Reservada. Dependiendo de la situación, pero ambas me gustan (risas).
- ¿Preferís siempre vino? o ¿Qué otra opción elegís en salidas o juntadas?
Al trabajar haciendo vino tenes momentos donde estás saturada y necesitas refrescarlo, sobre todo yo que trabajo con muchos tintos y el tinto te cansa más, así que una cerveza cada tanto sienta bien. Como dicen «Hace falta mucha cerveza para hacer buen vino”.
- Te he visto descorchar algunas joyas de guarda y compartirlas no precisamente con personas conocedoras del vino ¿Qué te lleva a compartir piezas valiosas con personas que quizás no puedan apreciar el Ferrari hecho vino que se están tomando? ¿Para enseñar? o ¿solo compartir lo mejor que tenes con quienes querés?
Ambas; no creo que el consumidor sea tan ignorante, si un vino es muy caro normalmente un consumidor lo aprecia y por ahí compartir una experiencia que pueda ser única no está mal; porque realmente se valora y aprecia el momento, la sensación de ese vino no se olvida.
- Ingeniera Agrónoma, graduada con medalla de oro.
- Enóloga apasionada.
- Madre de tres hijos.
- Ciclista de montaña.
- Bailarina de flamenco.
- Amante de la música clásica, flamenco y rock.
- Frase que la define: “Para hacer las cosas a medias mejor no hacerlo”.