Andeluna presenta su nuevo rosado: Andeluna Rosé 2018, elaborado en base a uvas Malbec provenientes de viñedos propios ubicados en Gualtallary, Valle de Uco, a más de 1.300 msnm.
Este nuevo rosé está pensado para ser un vino rosado desde su concepción. Es fruto de la búsqueda, la innovación y la experimentación de su enólogo Manuel González Bals. Se trata de un rosado diferente proveniente de Gualtallary, una de las zonas más frías de Mendoza, donde el Malbec se siente muy a gusto y mejor expresa su tipicidad.
Andeluna Rosé es un vino sin complicaciones, fresco, delicioso y fácil de beber; ideal para disfrutar en toda ocasión. Su imagen, desde la etiqueta hasta la botella con tapa a rosca, es joven e informal.
Inspirado en los vinos rosados de la Provence, sus uvas fueron prensadas apenas llegadas del viñedo, para capturar los delicados aromas y sabores del Malbec. Es de color salmón pálido, con aromas de cereza y guinda, floral y herbáceo. Seco, aunque afrutado, con una acidez crujiente en el final, es un vino con una textura sedosa y muy fresco y equilibrado en boca.
Andeluna está ubicada en Gualtallary, uno de los terruños más propicios de la provincia de Mendoza para elaborar vinos de alta gama y con identidad propia. La bodega se encuentra bajo la conducción de la Familia Barale desde el año 2013, siguiendo principios de responsabilidad y sustentabilidad de los recursos, así como también orientando sus vinos a las tendencias internacionales de consumo. La enología está a cargo de Manuel González Bals, con la asesoría de Hans Vinding-Diers.
Desde el mes de agosto los vinos de Andeluna son distribuidos por Seryal SRL (en Hoteles, Catering, Bares y Restaurantes) y NT Consulting (Vinotecas).
Andeluna Rosé – Malbec 2018 tiene un precio sugerido de $315 en vinotecas.
Los Rosados de la Provence
Las últimas tendencias en rosados han girado hacía los vinos de color pálido, sutiles por su elegancia frutal en nariz y acidez nerviosa en boca.
Son del estilo de los Rosé de la Provence, la región vitivinícola más antigua de Francia que se ha consagrado desde hace tiempo por ser la cuna de los rosados más prestigiosos, con un estilo audaz, fresco y, sobre todo, por su delicadísimo sabor.
Allí, a orillas del Mediterráneo, alrededor del 70% de los vinos que se producen son rosados. Uno de los métodos para la elaboración es el de «maceración corta»; una vinificación regular donde la cepa tinta macera con sus pieles el tiempo necesario para teñir el mosto, unas 6 a 8 horas, y habitualmente se realiza a baja temperatura.