La bodega mendocina, propiedad del grupo portugués Sogrape, se prepara para cumplir 111 años de vida con varios proyectos, junto a un proceso de vigorización de la marca, aquellos vinos famosos y el diferencial de Barrancas como región de origen.
“Vamos en busca de reconquistar al público consumidor y aquellos nuevos, para que disfruten de la riqueza de historia de la bodega, la calidad y consistencia que la caracteriza”, sosteniene Rogelio Rabino quien se incorporó como primer enólogo el año pasado, dejando Kaikén.
Entre sus proyectos, la bodega está trabajando para posicionarse más en el segmento de alta gama. Ampliar la variabilidad de opciones. “Estamos trabajando fuertemente en la sostenibilidad, en el proceso de certificación orgánica y en nuevos terroirs de diferentes zonas de Mendoza”, dice Rabino.
La bodega planea consolidar la línea de Microterroir, creaciones de ediciones limitadas y lanzar nuevas marcas en segmentos superiores. Un proyecto es revitalizar la fama de la zona de Barrancas, volviendo a poner en el tapete al Syrah de esta región.
Entre los nuevos lanzamientos también habrá blancos de estilo fresco y bebible, un white blend de perfil moderno, un blend de alta gama, que hará referencia a la zona de Barrancas y será una de las novedades más importantes del año, en conmemoración al aniversario 111 de la bodega.