La Federación Española del Vino (FEV) no ignora el riesgo latente de aranceles adicionales al vino europeo en el mercado de EE.UU. que existe, ante las nuevas declaraciones de Donal Trump. Por un lado, en el contexto de tensiones comerciales actuales, y dentro de los casos de la Organización Mundial de Comercio (OMC) sobre los subsidios en el sector de la aviación civil (Airbus y Boeing), tanto la UE, como Estados Unidos incluyeron a los vinos procedentes de la parte contraria en las listas preliminares de productos a los que les podrían imponerse aranceles adicionales como contramedidas, como ya avanzó la SeVi en su día.
Según la FEV, “aunque todavía están pendientes de publicación los informes de arbitraje de la OMC y es probable que haya una negociación, esta polémica constituye ahora mismo el principal factor de preocupación sobre el comercio exterior en nuestro sector vitivinícola.”
Desde el Comité Europeo de Empresas del Vino (CEEV), esta Federación y el resto de asociaciones miembro remitieron sus comentarios a la consulta de la UE sobre el “Caso Boeing”, instando a la Comisión Europea y a los Estados miembros comunitarios a incrementar sus esfuerzos para que se pueda encontrar una solución mediante la negociación y así evitar así la imposición de aranceles adicionales a este sector.
Asimismo, al igual que en noviembre del pasado año, el presidente norteamericano, Donald Trump, volvió a amenazar con aplicar aranceles al vino procedente de Francia.
En declaraciones el pasado 11 de junio durante una entrevista en la cadena de televisión CNBC, el mandatario estadounidense señaló que “Francia grava mucho al vino y nosotros poco al vino francés”, estimando que los viticultores americanos se quejaban de que ese vino entraba “por nada” en Estados Unidos. “Es injusto y haremos algo al respecto”, puntualizó.
Oposición
Aunque Trump se dirigía a Francia, quizás por la tajante oposición del presidente del país vecino, Emmanuelle Macron, a incluir el capítulo agrario en las nuevas negociaciones comerciales con Estados Unidos, la realidad es que los aranceles al vino, como el del resto de productos, son fijados a nivel europeo y no nacional.
Para el vino embotellado, los derechos arancelarios son más altos a la entrada en la UE (de entre 10 y 30 céntimos de euro por litro) que en la aduana americana, que están entre 5 y 15 centavos de dólar).
Al contrario, para el vino a granel, que supone una cuarto parte del valor total de los vinos importados por la UE de Estados Unidos, las tasas arancelarias son más altas en el país norteamericano (22 centavos de dólar por litro de vino a granel de 14,5 grados de media) que en la Unión Europea (12 céntimos de euro por litro).
Por tanto, persiste la preocupación ante la posibilidad de que Trump imponga por decreto incrementar los aranceles a los vinos franceses, con el temor, además, de que esa prohibición se extienda al resto de países europeos que exportan el mercado norteamericano.
Según la Oficina de Estadística de la UE, Eurostat, el mercado estadounidense absorbió en 2017 el 32% de las ventas totales de vinos europeos exportados por los Estados miembros hacia los consumidores norteamericanos, con un valor de 11.300 millones de euros.
Fuente: Sevi.net