Aromas, colores, cacerolas que suenan, voces que se animan; la primera vez que entré a las clases de cocina de María Urrutigoity, sentí ese nivel de excitación que sienten los niños al llegar a una sala de juegos o un parque de diversiones: todo allí se mueve al ritmo de una orquesta invisible, en la que cada mano, cada mirada, cada ingrediente, temperatura o condimento es parte indispensable.

María Urrutigoity junto a sus estudiantes.
Al frente, la chef dirige con su voz tintineante y sonrisa cómplice, las experiencias culinarias para aficionados; a este fogón se han ido acercando cada vez más los amantes del buen comer y el buen beber y los grupos de aprendices están repletos cada semana.



A medida que vamos llegando, y nos ponemos el delantal, dejamos al otro lado de la puerta las preocupaciones y el ajetreo del día. No importa cuán fría sea la jornada, en la cocina-escuela el cuerpo recobra rápidamente el calor, ¡y las ganas de compartir!
En la recepción nos esperan un riquísimo servicio con café, jugos naturales, panificados y charcutería. Hay que hacer un esfuerzo para no tentarse demasiado con estos manjarcitos, porque a medida que va transcurriendo la noche, no sólo cocinamos, sin que degustamos y compartimos los platos preparados por nosotros mismos, que consisten generalmente en entrada, principal y postre.
Una vez al mes, los que participamos de esta “escuela” tan particular nos preparamos para vivir casi 5 horas de entretenimiento del mejor nivel: en ese lapso viajamos a sitios distintos a través de sabores e historias: hoy toca cocina Mediterránea, luego será cocina asiática, armenia, o peruana. Durante cada travesía hay algo delicioso para probar y conocer.



Los aspirantes a nóveles cocineros nos sentamos en banquetas altas, en torno a la mesada donde María y sus ayudantes amasan, cortan, fríen, baten, decoran. Observamos, anotamos y preguntamos. En ocasiones participamos en las tareas del “team”, haciendo lo que sea necesario, amasar, picar, machacar en mortero, controlar el punto de cocción, emplatar.
Con cada ingrediente y cada detalle, se va construyendo esa obra artística que es el plato terminado. Ni siquiera hay que preocuparse en escribir, ya que las recetas están impresas en unas preciosas carpetas que recibimos al llegar, y que nos llevamos a casa para practicar, y agasajar a los nuestros.
Grandes vinos acompañan estas experiencias: periódicamente se suman nuevas bodegas aportando sus mejores ejemplares tintos, blancos y rosados que nos permiten reconocer varietales y blends, en distintos segmentos de precios y zonas.



La etapa final de la clase está destinada a la práctica, donde nos reunimos en pares para cocinar lo aprendido; cada uno tiene su mesada, anafe, utensilios e ingredientes listos para la tarea. Todo está perfectamente organizado, pesado y medido.
Lo más lindo de ese momento es el colorido bullicio y el ajetreo del aula que simula al de las grandes cocinas de mundo, aunque sin la presión de salir con los platos a tiempo. La sala se llena de risas, y de aromas, las cacerolas resuellan y las sartenes chirrían; están los brindis y las caras de asombro, está quien se ufana de su decoración, y quien asiente con la cabeza, incrédulo de su talento culinario.
Finalmente nos sentamos en círculo y comemos, sintiéndonos satisfechos y gratificados por todo lo compartido ese día, con bromas, brindis y organización de reuniones póstumas, ya que, como se sabe, a los “foodies” lo que más nos gusta recibir en casa y agasajar a los que queremos.
Un plus de ser miembro de este lindísimo club de aficionados; contáis con un 20% de descuento en el restaurante Urrutigoity Cocina y en todas las experiencias que ofrece. La sala de aprendizaje equipada para los cursos de cocina se ubica en el mismo restaurante, en el piso superior.
Si te gusta la gastronomía, y sos aficionado al buen comer y al buen beber, ya lo sabés: esta experiencia es justa para vos.

Datos de interés sobre las clases de cocina de María Urrutigoity
- Clases: de lunes a viernes desde las 18.30 horas y sábados a partir de las 12 horas.
- Lugar: Restaurante Urrutigoity Cocina San Martín 6271, M5505 Luján de Cuyo, Mendoza, Complejo Vistapueblo.
- Reservas: Teléfono +54 9 2615 89-4385
- Instagram: @mariaucocina
- Gift card: podés comprar una para tus amigos, como obsequio; es posible utilizarla para cualquier experiencia y tiene 90 días de duración.
- Lo que viene en setiembre: Clases para teenagers
- 29/9 Sushi
- 30/9 Tapas españolas y tragos.