Con una convocatoria récord de 550 personas y la presencia de 42 grandes vinos, se concretó la novena edición de Premium Tasting en el Hotel Intercontinental de Mendoza, de la mano de su creador, Nicolás Aleman y de su socio Rodrigo Kohn.
Este año, la degustación más grande de vinos “high end” de Argentina (que han sido puntuados por la crítica internacional con más de 93 puntos) contó con la presencia de la reconocida sommelier Valeria Mortara, el periodista Patricio Tapia (Descorchados) y el crítico norteamericano Michael Schachner (Wine Enthusiast) como moderadores.
Premium Tasting se desarrolló durante dos días; en la primera jornada se hicieron los seminarios, donde se destacaron temas como sustentabilidad, geografía del vino, potencial de guarda de los vinos argentinos y asociatividad.
Más allá de la posibilidad de probar una buena cantidad de vinos del mundo (durante los seminarios) y degustar a ciegas (las etiquetas y los precios se descubren después) vinos argentinos que en muchos casos superan los 50 dólares retail, Premium Tasting ofrece una oportunidad única de conocer la dirección que están tomando las bodegas en estilos y tendencias.
Las regiones y subregiones van a la cabeza
Este año las zonas fueron la vedette, ya que Argentina viene haciendo un fuerte trabajo en diferenciación de “terroirs” (palabra que identifica geografía, suelo, clima, altura y trabajo del hombre), punto elogiado por enólogos chilenos, quienes afirman que llevamos la delantera en este sentido.
Tras un breve flight de dos vinos, un espumante de Pinot Noir (Grand Cuveé Millesimeé de Rosell Boher) y un rosé (el Padma de Corazón del sol) que apuntó a mostrar a los protagonistas que vienen apareciendo, se ingresó de lleno a los Malbec, los rompehielos argentos. Un gran despliegue de Malbec de Los Chacayes (en Tunuyán) y Valle de Pedernal (en San Juan), vinos potentes, de gran músculo y estructura, frutas negras y notas ahumadas, que dejaron en claro que la madera está pasando a un segundo plano. “Se busca que el vino exprese el lugar, buscamos más frescura, más fruta y menos barrica”, repiten los enólogos.
Dos grandes ejemplares: Pyros Malbec 2015 Single Vineyard Block Malbec 2015 de Pedernal y Parral 12 línea de Parcelas Malbec 2016 de Terrazas de los Andes.
Se sumó a la cata el infaltable recorrido de Norte a Sur, pasando por los valles, desde Uco a los Calchaquíes. Aquí se destacó el Apartado Gran Malbec 2016 de Rutini Wines, elaborado por Mariano Di Paola. A mi juicio, el norte argentino aún tiene que trabajar para lograr Malbecs de alta gama, aunque el desarrollo de Bodegas Tacuil con su RD Tinto de los Valles Calchaquíes mostró que se pueden lograr, aún a grandes alturas y con mucho, Malbecs palatables con algo de frescura.
Por su parte, Gualtallary –hoy una de las zonas más preciadas del Valle de Uco- dio a luz nuevos ejemplares como el Tomero Parcela Unica 2017 una innovación de Bodega Vistalba y expresó la continuidad en calidad en vinos como Doña Paula Alluvia Vineyard 2016 y Gauchezco Oro Appelation 2015, entre otros.
Vinos de corte: el arte de la elegancia
Otra dirección que está tomando Argentina es la de los blends o vinos de corte que brillan en los segmentos altos, como alternativa para ampliar la paleta de colores del Malbec, incorporando varietales cada vez mejor logrados como Petit Verdot, Viognier, Merlot y Cabernet Sauvignon. Este concepto se trabajó en los flights 4 y 8.
Mis favoritos de ambas series: Iscay Syrah – Viognier 2015 de Bodega Trapiche; Ruca Malen Reserva Petit Verdot 2015, Caro 2016 Cabernet – Malbec de Bodegas Caro, Cheval des Andes 2015 Teho el Corte 2016 de Alejandro Sejanovich.
Hello Franc!
Allá por 2012 el Cabernet Franc comenzó su carrera ascendente, y en esta edición de Premium Tasting tuvo su propio despliegue. Aún con pocas hectáreas cultivadas en Argentina (alrededor de 1000) la cepa originaria de Burdeos que dio origen a su primo hermano el Cabernet Sauvignon, es utilizada en Francia para los cortes. En Argentina la moda es elaborar varietales en los segmentos altos. El Cabernet Franc se reconoce por descriptores como el pimiento rojo asado y ciertos mentolados como el eucaliptus. Gran tipicidad en Zorzal Eggo Franco 2018 de Juan Pablo Michelini y agradable sorpresa con el Unánime 2014 de La Mascota, de Rodolfo Sadler.
Dar en el blanco
Remanso para el paladar, los blancos han llegado para quedarse. La mezcla de 2, 3 y hasta 4 variedades en un mismo vino blanco, así como nuevas técnicas de fermentación – uso de barrica, levadura flor, etcétera- están permitiendo obtener blancos expresivos y originales. Rescatando uvas tradicionales argentinas como el Semillón, el Mendel de Roberto de la Mota 2018 fue de lo mejor de la serie. En cuanto a los blends de blancas, me pareció super interesante Paradoux Blanc de Blancs de Bodega Alandes, un corte semillón – sauvignon blanc de fuerte personalidad, que explota en nariz como notas florales, caramelo, duraznos blancos y azahares. Elegante y femenino, el Hermanas White Blend de Bodega Lagarde 2017, mostró otro costado de los blancos: ácido y nervioso en la boca, dulce y perfumado en nariz.
Luján, la cuna del Malbec
Al final, todo regresa al origen. Malbecs de viejas viñas de zonas como Vistalba, Las Compuertas, Lunlunta y Agrelo, cerraron la degustación con exponentes de gran carácter y texturas imbatibles – taninos sedosos originados en diferencias amables de temperatura y suelos nutridos de arcilla y limo- aún difíciles de superar en áreas de mayor altura, viento y frío. Mis favoritos de la serie: Catena Zapata Malbec Argentino 2015 y Achával Ferrer Finca Mirador 2014.
Una mención para el servicio que requiere una degustación de tamañas dimensiones, desempeñada con gran profesionalismo por estudiantes y sommeliers de la EAS.