
Por Diana Chiani – Especial para El Triunfo de Baco
Disfrutar de un almuerzo de pasos en una bodega, maridar con distintos y excelentes vinos y regalarse un tiempo entre viñedos y ambientes de alto diseño son algunas de las propuestas que ofrece el enoturismo mendocino. Se trata de una modalidad que está cada vez más especializado y que ha encontrado un público nacional e internacional dispuesto a pagar por este tipo de propuestas. Según datos de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), en el país hay 380 bodegas abiertas al turismo. Aunque no todas ofrecen restaurante, lo cierto es que la oferta crece en el sector.
Con un producto específico y enfocado en la alta gama, el paseo y la gastronomía alrededor de viñedos es defendido por el sector público y el privado. En la actualidad ha habido una fuerte retracción del turismo internacional, uno de los principales consumidores de este beneficio. La baja se ha dado por el encarecimiento de la Argentina en dólares y porque la diferencia a favor de los que tenían dólares alcanzó a ser de cuatro veces, lo que atrajo a una mayor cantidad de turistas internacionales, especialmente de Brasil.
Por otro lado, existe un público nacional que también consume las bondades del enoturismo y también se ha notado una baja en este segmento. Si bien aquí no impacta tan fuerte la crisis económica, el encarecimiento del país favorece los viajes al exterior. De este modo, muchos argentinos que elegían Mendoza y sus bodegas para pasar unos días, ahora tal vez elijan un destino exterior dado que los precios locales suelen ser más altos que afuera. Aquí se cuela la discusión sobre si la provincia es cara o no y las miradas son diversas.
Por otra parte, el hecho de que Mendoza haya logrado 4 de las 7 estrellas Michelin que Argentina consiguió el año pasado, es un dato clave que da pautas de la calidad de la gastronomía local. En esta línea, recientemente la provincia también fue noticia porque tres propuestas gastronómicas (dos en bodegas) estuvieron en el top 10 de las elegidas por los usuarios de Trip Advisor. Esto, también se suma el intangible aspiracional de conocer y comer en un restaurante con tamaño reconocimiento internacional.
Costos, diversidad y marketing
“La provincia está posicionada a nivel país y su gastronomía es una parte clave de la marca Mendoza”, aportó Beatriz Barbera, vicepresidenta de la Asociación de Empresarios Hoteleros y Gastronómicos (Aehega). La reconocida empresaria también habló del potencial que estos reconocimientos le inyectan tanto al sector como a la provincia en general. Más allá de esto, Mercedes –desde una empresa de turismo local- contó que la mayoría de las bodegas que el año pasado estaban llenas, ahora están vacías. Son pocas las excepciones en este sentido y, casualmente, algunas de las que poseen lista de espera se encuentran entre las más caras o exclusivas.
Por otra parte, la empresaria agregó que muchos restaurantes han readecuado sus propuestas para bajar los costos y atraer a mayor cantidad de público. Sin embargo, este año ha sido complejo –y todavía lo es- para todo el sector turístico que busca reinventarse en función de la coyuntura actual. “Creo que Mendoza tiene una amplia propuesta enoturística, pero a veces solo se comunican las más conocidas y no se llegan a apreciar la totalidad de opciones”, opinó Fernanda Vila, subgerenta de Turismo y Hospitalidad de bodega Trivento. Esta bodega cuenta con un restaurante de primer nivel con propuestas de distintos precios y niveles.
En este marco, Vila sumó que los costos asociados al tipo de servicio y calidad de los productos que se ofrecen son relevantes. “Los precios deben ser consecuentes entre los que ofrecemos los prestadores y lo que percibe el turista”, precisó la referente de Trivento. Agregó que no es posible alejarse de la ecuación y que, como en todo negocio, hay diferentes precios para cada tipo de bolsillo. En coincidencia, Beatriz Barbera apuntó que lo importante es que las diversas propuestas utilicen buenas técnicas en los distintos segmentos.
Sin embargo, observó que no es lo mismo el costo de tener una mesa con, por caso, una copa de $40.000, dos mozos para atender y un sommelier que acompañe el servicio del vino. “El riesgo y la apuesta es mucho mayor y eso cuesta y hay que cobrarlo”, observó la vicepresidenta de Aehega. Y sumó que es clave la variedad ya que mientras habrá público para invertir en experiencias más de lujo, a otros no les interesará ese tipo de gastronomía. “Sin embargo, todos quieren comer y beber bien”, subrayó Barbera quien agregó que esto da la pauta de que el sistema funciona en todas las categorías con sus particularidades y públicos.
Macarena Esteller, gerenta de Marketing y Relaciones Publicas de Viñas de Cobos, expresó que Mendoza ha crecido mucho en su propuesta enoturística y que es importante la diversidad que existe en la oferta. “Existe un diferencial que resalta a nivel mundial y estamos a la altura de un público súper exigente”, comentó Esteller. Desde su punto de vita, además de la gastronomía y los vinos, quienes buscan estas opciones pretenden llevarse experiencias auténticas, educativas y que reflejen la cultura del lugar.
El top five y los precios
El restaurante Angélica Cocina Maestra, de la reconocida bodega Catena Zapata está en el número uno de los más caros al tiempo que se encuentra entre los más solicitados por los turistas. Tanto es así que suele haber lista de espera y muchas agencias de turismo suelen hacer reservas para tener disponibilidad inmediata y no tener que esperar más de un mes para lograr un lugar. Como otras bodegas, aquí hay varias propuestas para elegir con precios diferenciales.
Así, el “Menú de pasos + Degustación Escalera al Cielo” cuesta para los particulares $2.520.000, es decir, unos U$S2.100 por persona. Es una degustación exclusiva con una vertical de Angélica Zapata, con añadas que no se consiguen ya en el mercado, de allí el valor.
En este restaurante, se puede pedir un menú de pasos sin vino incluido por $161.000 (U$S133) o uno con la degustación Angélica por $231.300. Sin embargo, desde la agencia de turismo consultada comentaron que el más solicitado para este restaurante es el menú de 9 pasos más la degustación que cuesta $259.000. Aquí hay menú infantil y entre los precios mencionados, las opciones son siete más, es decir nueve en total.


Por otro lado, está, Casa Vigil, también uno de los restaurantes más concurridos y para los que suele haber lista de espera, el menú más elegido es el de 10 maridado que cuesta $193.000. Aquí hay diversas opciones con propuestas que van de los $110.000 (sin vino) a los $782.000 (U$S650), aproximadamente. “Vigil hace al menos tres meses que no aumenta los precios”, contó la representante de la agencia de viajes.

La bodega Luigi Bosca tiene en Finca Paraíso una opción con maridaje exclusivo por $544.000 (U$S453), muy solicitada por los brasileños. También ofrece otra que cuesta $272.000 y aquí se destaca la “Experiencia Raíces” que tiene un menú canasta tipo picnic que vale $170.000 (U$S140). “Esta propuesta es muy buena ya que se come muy bien, pero muchos no la eligen porque se imaginan otra cosa cuando se les habla de picnic”, comentó Mercedes, de la Agencia de Viajes.

Piedra Infinita, el restaurante de bodega Zuccardi en el paraje Altamira del Valle de Uco también está entre los más caros y ofrece varias opciones llamadas con al menos 5 vinos diferentes que tienen un valor diferente. El más costoso es el que cuesta $500.000 (U$S416) por persona mientras el más económico sale $197.000. Aquí el más solicitado suele ser el Maridaje opción dos que cuesta $240.000 (U$S200) y posee 9 pasos

Entre los más exclusivos también se destaca Salentein y 1884. El primero ofrece un menú de 6 pasos y cuesta $175.000 (U$S145). Esta bodega hace unos meses ha comenzado a ofrecer un menú de tres pasos con el fin de atraer a más turistas. Aquí la propuesta más costosa es de $280.000 (U$S230). El segundo, el restaurante de Francis Mallman en la bodega Escorihuela ofrece dos menú de ocho pasos que cuestan $350.000 (U$S290) u $180.000 por persona. Si bien la comida es exquisita aquí no se incluyen vinos y el valor de base de una botella es de unos $100.000.
Mención aparte merece la bodega Viñas de Cobos que si bien no posee restaurante, sí ofrece tres programas con degustaciones de alto nivel. Cada degustación es diferente y brinda una propuesta de degustación de cinco vinos específicamente maridados con “bocados” que los acompañan. Así, la degustación de varietales cuesta $110.000 (U$S100), la denominada Terroir con vinos de terruños sale $165.000 y la Unique enfocada en la alta gama tiene un valor de $320.000 (U$S265).

Las propuestas más caras o exclusivas no son únicas en los distintos establecimientos, sino que se acompañan de variedad de ofertas más económicas que, de todas maneras, no son accesibles para todos. Esta diversidad se repite en los restaurantes más exclusivos y en el resto que poseen altos niveles de gastronomía y de vinos. Todas abren su paleta de ideas para atraer el mayor abanico posible dentro del segmento de alta gama tanto nacional como internacional.