Cuando lo conocí era poco más que un chico, siempre entusiasta, curioso, tendría unos 28 años y trabajaba en Monteviejo como gerente de producción,. Nos encontramos en Francia en alguna de aquellas hermosas y calurosas vendimias de Pommerol, cuando también yo era joven y entusiasta. Pasaron los años, más bien una década, desde que Juan Ubaldini empezó a construir su proyecto de vinos al que bautizó El Equilibrista, el 16 lo festeja con orgullo en La Enoteca y yo, amistad de por medio, hago mi aporte en contar un poco de la historia que muchos de ustedes degustaron de seguro en las botellas que llevan su impronta.
- ¿Cómo arrancó todo?
Todo empezó en 2010 cuando hice la maestría en negocios conocí a una persona que había heredado viñedos y bodega en Medrano. Le ofreció asesorarlo y acepté que me pagara con vino. Para la cosecha de 2015 el proyecto ya estaba mejor parado, con canales comerciales armados, hicimos una pequeña inversión en algunas máquinas, yo todo lo que entraba al proyecto lo guardaba, porque aún cobraba un salario, armamos una pequeña bodega garaje, con 40 mil litros; hoy la bodega tiene 170.000 litros de capacidad, 200 mil botellas, gran parte es para El Equilibrista, y también para terceros que tienen pequeños proyectos.
- En 2017 te fuiste de Monteviejo y arrancó 100% la vida del entrepreneur, ¿qué te enseñó la vida del empresario independiente?
De este camino independiente hay dos cosas que rescato. La importancia de mis socios estratégicos, el viñatero, el comercial, el sommelier, es un esquema de ganar- ganar, no puedo entenderlo de otra forma: y por otro lado, la calidad, como soy técnico, cuido mucho que los vinos no tengan defectos, y siempre salgan con buena relación precio-calidad. La cara de nuestros vinos resalta en la góndola porque la etiqueta es súper llamativa, pero a su vez el que lo compra siente que hizo un buen negocio, creo que eso es lo que nos ha mantenido en el tiempo.
- El país no te ayudó y pese a todo seguiste creciendo…
Siempre se crece, pero si tuviéramos otras condiciones macro, sin duda hoy seríamos más grandes como le pasa a muchos pequeños productores, pero dentro de Argentina, crecer lleva mucho trabajo, mucho esfuerzo y mucho orden. Nosotros nos hemos empeñado en un crecimiento natural, orgánico, cada peso que se gana, se re-invierte.
- A tus vinos también le pusiste tu firma, ¿cómo se diferencian esos vinos que llevan tu nombre?
Además de El equilibrista, tengo mis vinos personales, los Juan Ubaldini, cada vino representa y habla de un lugar, el vino arranca con la IG, y luego si es varietal o blend, pero el concepto del vino es expresión de lugar. Al principio era una línea pensada para mercado externo, para un importador que teníamos en Brasil y por efecto derrame, generó una línea estable tanto para mercado doméstico como para los importadores. En América Latina estoy en Perú, Brasil, algo en Paraguay, hemos exportado a Ecuador, Honduras, Bolivia, y luego a la Unión Europa, Suiza, Alemania, Países Bajos.
- Si tuvieras que sintetizar en vos esta experiencia de 10 años, ¿cómo la describirías?
Es la posibilidad de crecer como persona y desarrollarme profesionalmente, la independencia es una elección de vida, es una zona de “no confort” pero de amor propio, y diez años en esa zona es como que me trajo ese gusto de a veces estar en la cresta de la ola, otras veces peléandola desde abajo, y muchas veces contento.
Dónde encontrás los vinos de Juan Ubaldini. En el canal Horeca, en Argentina en restaurantes top como El Faena, el Hyatt, el Four Seasons, y en vino por copa en wine bars, o en algunos bodegones de Palermo, o en un restaurante de alta montaña. También en la Tienda on line ubaldiniwines.com (redes y web)