Premium Tasting es, qué duda cabe, la cata profesional de vinos más importante de Argentina, y que este año incorporó la novedad para los gatekeepers internacionales y para los consumidores nacionales: la soberbia calidad de los vinos blancos de Argentina. Organizada por Nicolás Aleman desde el 2010 es ya un clásico mega-evento nutrido por profesionales, prensa especializada, bodegueros, enólogos y wine lovers de todos los puntos del país.
Más de 1000 botellas abiertas de 36 vinos entre los mejores puntuados por catadores internacionales; 500 personas degustando, un ejército de 80 sommeliers sirviendo, 3000 copas de cristal sobre las mesas, al frente tres calificados especialistas, Paz Levinson, una de las cuatro mejores sommeliers del mundo, Tim Atkin, Master of Wine y uno de los críticos de vinos más célebres, Flavia Rizzutto, mejor sommelier de Argentina.
Disfruté enormemente la dirección moderada, precisa y sin estridencias de estos grandes profesionales; cada palabra, cada apreciación, cada explicación de Paz Levinson, no hace más que subrayar su gran crecimiento profesional y personal. Por su parte, Tim Atkin se portó como un verdadero lord inglés, informado y medido. Un aplauso para ellos.
Acompaño la Premium Tasting desde la primera edición en 2010 y me atrevo a afirmar que este año fue superadora. La forma en que se dividieron los flights (tandas de vinos a degustar) por zona, características, varietales, clásicos, alturas y latitudes, fue una de las más originales y mejor orientadas al consumidor. Este orden permitió comparar no peras con manzanas, sino peras con peras, algo que muchas veces no se tiene en cuenta en una degustación con tantos ejemplares, donde se suele ir de vinos de menor a mayor complejidad, sin tener en cuenta la enorme gama de matices que existen entremedio.
Mención necesaria al servicio de la Escuela Argentina de Sommeliers; trabajo ajustado, buen ritmo, excelentes temperaturas de servicio y pocas copas con defectos; en lo personal encontré sólo 2 de 36 vinos catados con algún defecto sensorial. El porcentaje es muy bajo.
Las copas Reveal Up, de Rcristal utilizadas en la cata, sumaron una nota de elegancia y técnica, ya que el formato tulipa permite una mejor aireación de los vinos, a la vez que dirige de forma efectiva los aromas, y permite una curvatura en la lengua que facilita la correcta percepción de los taninos en el caso de algunos tintos.
Dar en el blanco
Sí, incorporar 6 blancos a la cata fue un acierto. No sólo porque significaron un oasis para los paladares atestados de taninos y alcoholes altos, sino porque mostraron que Argentina está en su mejor momento con los blancos.
Tres vinos de corte: White Blend 2016 de Susana Balbo – Semillón, Torrontés y Sauvignon Blanc- Piedra Negra Gran Lurton 2016 – Tocai, Chardonnay y Pinot Gris- y Altar Uco Edad Media 2015 de Juampi Michelini – Sauvignon Blanc, Chenin Blanc- dejaron en claro que no tenemos nada que envidiar a los blancos europeos en frescura, estilo, y creo que vamos ganando en originalidad.
Además, un Chardonnay filoso y mineral, como el Finca Suárez 2016, un Torrontés floral, simpático y divertido, como El Esteco Old Vines 2016 y un clásico de la elegancia como el Lágrima Canela 2016 de Walter Bressia, completaron esta muestra, que despertó muchos elogios entre los catadores.
Mis villanos favoritos
Son por supuesto los tintos, ¿qué otros? La calidad de todos los tintos presentados fue excepcionalmente pareja este año. Difícil elegir, pero siempre sobresalen algunos. Aquí mi ranking:
. Tikal Malbec – Cabernet Franc, la línea premium de Ernesto Catena, que ha tenido 94 puntos por Wine Spectator, es en efecto un ejemplar soberbio. El Malbec aporta dulzor, elegancia y amabilidad, a la vez que el Cabernet Franc suma cierta frescura salvaje, agarre y jugosidad.
– Altavista single vineyard Temis 2013 Malbec. Didier del Bono y Paula Alfonso lograron un Malbec complejo, con excelente peso en la boca, buena sucrosidad, pero equilibradamente goloso, tostado equilibrado. En camino de convertirse en un clásico.
– Pulenta Estate Malbec 2013 de Finca Don Antonio. Expresa lo mejor del Valle de Uco, la nariz evoluciona con capas de aromas, mentolados, especiados, higos, fruta fresca, flores y mucha violeta. Elegante, firme y bien lubricado en boca.
– Cheval des Andes 2013. Emblema de los grandes vinos de alta gama; es Malbec 67% Malbec, 25% Cabernet Sauvignon, 8% Petit Verdot. Un bon vivant, fogoso, fresco, alegre, y también musculoso, un deportista francés de alta competencia.
– Mendel Finca Remota 2014. Sigo enamorada de los vinos de Roberto de la Mota, no puedo ni quiero evitarlo. La boca de este vino es completa, tiene agarre, textura fina, realce, dulzor, jugosidad y una nariz que se va manifestando con un amplio bouquet a lo largo de los minutos.
– Estancia Los Cardones Tigerstone Malbec 2014. Un logro de Alejandro Sejanovich. De viñas ubicadas en Tolombón, Salta; un tinto de los valles calchaquíes que se presenta con una entrada en boca confiado, directo, en nariz flores silvestres, algo de tomillo, muchas especias y verduras diversas; original.
– Matervini Alteza 2014. También del norte, esta vez de Yacochuya, Cafayate. Roberto Cipresso logró un vino cuyo largo de boca se destaca muy por encima de otros; ese interesante aroma a azufre, mina de lápiz y fruta fresca, combinado con una boca que balancea a la perfección los taninos fuertes y el dulzor, lo convierten en un destacado.
– Polígonos San Pablo Malbec 2015 de Seba Zuccardi se destacó en el flight de los vinos de Gualtallarí 100%. Concentración, equilibrio, buena acidez y expresividad, un cuarteto imbatible.